Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

La variación desecha.

                                                     
                                 El hombre desciende de su cápsula  empotrada al suelo,  cama  a medio vestir con la franela gastada de un blanco tenue y rocoso que desentona  debajo de la ventana,   los insomnes pasos le estremecen el resto de las piernas con complejidad, las paralelas y agrupadas cuerdas del arpa rítmica se sitúan al centro del salón, las  curvas descendentes  que la llenan entorpecen la vista de lo recuadros colgados al fondo entre  los demás instrumentos.

           Las escaleras vecinas del portón sufren de mareos por su vértigo a la altura y de igual forma el día  es una variación desecha en sus deseos, entonces cae fulminante ante el abandono de su pluma  para parir ritos y plegarias. Con los glúteos a cuestas y sin la cintura en orden, abandona la acera para treparse en las franjas de las calles empapadas de duendes y hojas de Moras.

           El hombre como asesino a sueldo,  con la frenética mirada del cazador, huye de la emoción  infinitesimal  que se cobija en los albores del cálculo mas retorcido, huye del campo de fusilamiento de su sudor con las manos  cargadas de algodones y brisas. Parte su encomiado traje de Oz en catapultas de botones, suelas y cordones. Intenta ganarle a su sombra arribando a los desembarcaderos de cada esquina  con prisa inocente. Las paredes terminadas en balcones y azoteas  se balancean con  el guitarrazo  de algunas bocinas, sin tesis, sin penachos verdes la arrugada figura  rema con suposiciones por los corceles de la búsqueda.

                  Fue la duda subalterna capa, disparatada taquilla de orfebres y principiantes de la alquimia, un riscoso paradero húmedo de utopías, el pleito en sus ojos es un detonante vulgar de ilusiones compactas, ojeras del miedo, cintas  adhesivas de prohibición, columpios colgados de abstractas sinfonías, fue…porque ya no es…un descamisado umbral de bahías. Ahora disimula su muerte viviendo en las cofradías de su vida rutinaria que hoy despierta.

                                   Es feliz en su arribo colonizador, en su abordaje intrépido que lo sumerge a la vez en cada táctica de avance, olvida con  triste vergüenza   la caravana de inciertos, la fusilamine entrevista con las luciérnagas de las decepciones, sufre con descalabro la tortura ennegrecida de los arrebatos, de las incomprensiones y de esos mechones de cabellos envueltos en la locura, no hay raíz para el anclaje, no hay motor para mayores proporciones, solo decisión y  tiempo que lo llevan cual mensaje por las riveras de las iniciaciones.

El hombre es un ser común, sin independencias, sin catastro de impedimentos, romántico despilfarrador  de auxilios encomendados y libertos, el hombre reconciliador de argumentos básicos y elocuentes es también cause de  improvisadas alucinaciones, un mendigo  voraz y un capitán sin navío en este último minuto, está próximo al concilio que ofrecen sus brazos, se desespera por llegar, a ese molino de caricias que espera su trigo.

Cada hora del día tiene años dibujados en sus estructuras temporales, el tedio transcurrir de estos es un acero fortificado con mas y mas fuerza y dureza, acorralado en sus anillos el hombre compite con  todas las medallas de su voluntad, se engrandece  con golpes certeros de ansiedad a su sangre de héroe.

Por fin llega. Ella es mágico trozo de crepúsculo, con unos grandes  luceros debajo de la frente, la melena que adorna su cuello no parece real, está quieta en medio del lugar indicado para el duelo, es una señal más de la extensa calle, un árbol mas y una estrella más en medio del universo urbano. Le ha visto y sonríe, con esa alegría de pequeña y traviesa niña ante un dulce.

Ella es un derrame de todos los ríos y todas las azucenas juntas, un escandaloso y magnifico naufragio  en el paraíso de  todo lo único y todo lo bello.

 Ella es esa puerta encendida de laureles, ese arenoso teatro de invitaciones, ella  tiene en cada línea que esculpe su rostro un pincel maestro que interpretò la  divinidad en cada trazo.

Ella es llave, cometa y ave que intranquila se declina entre sus fibras, la piel acanelada parece trinchera a prueba de todo fuego, hace  tanto que espera este encuentro, este despegue  de sus islas mas frustradas, este recorrido por sí misma en el cuerpo y mente de otro ser, ella confía, se arrima con destreza, y en el acercamiento el alma se hincha como  esos peces globo de los mares, las mejillas se enrojecen  y algo en sus acantilados, se enciende y llora.

Por fin el beso, un llamado siniestro de todos los gemidos, todas las ganas en un solo y precipitado acto.




 LCRODRIGUEZ/2015.






EL CIRCO DE LA VIDA. (Reflexiones de la inconsciencia.)



…….. “¿y mientras tanto?”_pregunto el marqués.
……… “Mientras tanto”, dijo Abrenuncio_, tóquenle música llenen la casa de flores, hagan cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda hacerla feliz_......porque no hay medicina que cure lo que no cura la felicidad. (Del amor y otros demonios, Don Gabiel García Márquez)
Raúl Zurita dijo una vez- “La vida es el don más preciado que tenemos, si la vida fuera una utopía, un segmento del infierno y no un soneto de esperanza, la mitad o el tercio de la humanidad ya se hubiera suicidado, y la otra mitad viviera sufriendo al no morir-. No me cabe duda alguna de que todo tiene que ver con el amor y el deseo de amar, todo cuanto existe, partiendo desde nosotros mismos. Hacia dónde vamos y quienes somos es algo que debemos replantearnos constantemente.”
La inexistente fraternidad de los últimos días del año convoca a algo de reflexión, aunque ésta sea un poco compleja y satírica. Pocas veces me gusta escribirle a los imbéciles que solo leen sus jeroglíficos, a los necios que se empapan de su egocentrismo, a los pobres de alma que mancillan su libertad de acción con cárceles de ignorancia, a los absurdos, que solo miden títulos y bolsillos, a los mezquinos que lloran jerarquías y mucho menos cuando se aglomeran en manadas elevando el himno del consumismo y no de la solidaridad, pero haré una excepción en esta prosa que hoy me allana.
El final del año es tan frío para muchos como la pena que viste aquel invalido de comprensión que se premia a solas injuriando maquinando y luego expone sus léxicas maniobras, inconformes y frustradas a base de sus delirios para compararse y sobresalir, a base de sus envidias, a base de su anormalidad en la estrategia de guiar con un modelo de esclavitud moderna a todos que le rodean bajo la seducción de lo material e inorgánico.
El final del año es gris como la sustancia que le falta a estos enanos de actitudes, a estos retoños de hidra, a estos agujeros negros que olvidan cuanta basura se han tragado en sus miserables vidas y que hoy juegan el papel de los dioses, se creen con derecho a educar con mentiras que solo agenda mayores números en sus bóvedas codiciosas y nos las venden como trofeo único y razonable.
Utilizar el pretexto de la Navidad que es de hecho un pretexto económico para ventas y alucinaciones, publicitarias fotografías del mercado global que hoy contagia a la mayor parte de los seres humanos, es tristemente una verdad.
Los humanos vivimos ciclos que no son eternos solo fragmentos terminables, son eslabones de una extensa cadena en la que viajamos naciendo y muriendo sin saber porque. Siempre cuando llega el minuto final del año nos apresuramos a desearles a todos los que conocemos y hasta a los que no, lo que en realidad deseamos para nosotros mismos, pero bien pocos de esos deseos llegan a convertirse en una bella estampa de la realidad que se atesora, éxito, amor, salud, muchas bendiciones…. Y tantas otras que si no tuvieran ese discurso de compromiso instantáneo, fuera en verdad un hermoso regalo…entonces vale preguntar… ¿dónde quedaron los propósitos de tan buenas costumbres y tan buenas intenciones?
_ Te deseo Éxito!
¿Que es el éxito?.... ¿Ser famoso?, ¿Ser rico?, ¿Un súper hombre? ¿Tener la infinidad de la materia en lo material lujoso y abundante de lo inanimado? Ò ¿Aquello que en las brusquedades emocionales se encierra lo espiritual y la cómodamente y consciente emancipación de la culpa, la total expiación de la maldad?
¿Ser el bufón de las tarjetas, el rey de la tecnología, el director del cinismo? Ò ¿Aquello que nos convoca a limpiar el alma con el agua transparente de la bondad?
¿Estar nadando en el océano glamuroso de los light? Ò ¿Aquello de tener tu familia junto a ti, amigos junto a ti, orgullosos de tus logros y hasta de tus metidas de pata en el fondo de la mierda? ¿Que es el éxito?..¿Acaso no es la armonía testaruda y conforme que nos alía y fusiona con nuestros similares, con nuestros amados, con nuestras ideas, con nuestras aspiraciones ya de una vez concretadas? ¿No es cuando se vive en lo feliz, en lo hermoso, en lo verdadero?
¿Es el éxito el culminar con buen resultados las metas diseñadas, lograr los objetivos que se planifican, el logro tras el esfuerzo?, o ¿es la ostentación voluntaria, la vanidad comprometida, la alucinación hipócrita de la competitividad y la lujuria desordenada de tener mas y mas reconocimiento que solo alude y que nunca compensa el vacío existencial interior?
Si proyectamos un ideal equivoco obtendremos un éxito equivoco, que nos dará mucho pero no engrandecerá nuestra humanidad. ¿Cómo se puede desear éxito a alguien con quien no se ha contribuido a que crecer, como poder desearle éxito a ese que olvidamos por todo un año, a veces por toda una vida?
¿Cómo puedes desearle éxito a quien criticas y clasificas como diferente y lo condenas muchas veces al peor señalamiento y a la peor blasfemia?
No quiero ser extenso, no me ocupa tan poca ventura de las minucias enrolladas en terciopelo de estiércol ínfimo con desarrollo mutante de variaciones indefinidas, no merecen atención tanto paramecio y lánguidos microbios que se distraen ejerciendo el oficio del chisme y la burla, quien comprenda que los demás deben hacer lo que es lógico desde su ilógica visión, esta obviando lo fundamental, “Cada cual es feliz con lo que entiende”. Y cada cual comprende por éxito eso que en verdad lo renombra sobre si mismo.
_ Te deseo Muchas Bendiciones!
¿Quien va a bendecirme? , ¿Quien va a bendecirte?...Aquel que también bendice al que nos maldice? Ò ¿Aquel que se compadece de mi?...Sería mejor que fuese ese que me admira, me estima, me siente cercano y comprende mis errores y disfruta mis alegrías, pues solo de él puede venir algo tan grandioso.
¿Me bendices,me deseas bendiciones, en nombre de dios , o en nombre de tu lastima y tu altanera autosuficiencia que te hace imaginarte mas arriba de la cadena evolutiva y por ello puedes enviar limosnas hacia abajo?, o ¿ Tù que en verdad sabe que la bendición es un acto empírico de coronación de lo sublime y de lo divino que parte y habita en el corazón?
¡Muchas bendiciones! Gracias, pero si el gesto de bendecir ofrece sanación y misericordia, si bendecir dedica y aporta una enérgica irradiación de súper poderes o súper milagros, gracias, pero paso, cedo mi lugar a niños de la calle, mendigos, encarcelados, torturados, enajenados, enfermos de cáncer moribundos y sin plata para alagar su vida, paso y cedo mi lugar a miles de incapacitados, a las víctimas de guerras y anomalías de los sistemas políticos y si algo queda bienvenido sea.
_Suerte!
Es el pretexto de los fracasados…_dijo Berto Brech! ...prefiero creer en mi voluntad y para eso es mejor que seas mi testigo de cuanto puedo hacer con ella.
_Amor
Mucho Amor, pero no deseo ese amor que más tarde te clava un puñal en la espalda, mucho amor luego se vuelve cobarde, astuto, interesado y un celoso guardián de tus pasos, mucho amor se aleja, se disuelve, se esfuma, se contradice, se abstiene, se inmuta y se convierte en mucho odio, mucho amor, desearle mucho amor a alguien es desearle la compresión del perdón, ese amor de inocencias, de ternuras, de seguridad, de fiar, regocijo, calma, ternura, cariño, pero nunca aparece, solo temporales momentos amorosos con algo de estas pieles. El verdadero amor es mejor darlo que esperarlo, sembrando arboles gigantes de amor, obtendremos ese fruto de amor que alimenta el alma.
_Mucha Paz!
Es indiscutible que todos aprobamos la paz y la necesitamos, es un excelente bálsamo de relaja la mente, el espíritu y establece normas y hábitos que nos convierte en un trozo de la toda la armonía del universo, si paz es el mejor regalo que me puedes desear.
Y finalmente desearles a todos una muy buena Navidad llena de SALUD, es en total lo que verdad debiéramos aspirar y conservar, pues es todo lo que necesitamos para desarrollar y deleitarnos del resto de nuestros deseos.
         Hay una esquila desbordada  en los retratos de la pared, hay una sirena cantando en medio de la estrategia que tiene el olvido sobre la memoria, hay una máscara sobre el español de las palabras clandestinas, hay un arroyo de subjetivas y artísticas burlas en este instante en que voy corriendo sobre mi escases, escases de fracasos y hambre de doctrinas sin éxitos a la vez, retorciéndose en la bruma de la soledad, me faltan los ojos, las cuencas vacías en  medio de una sombra agonizante que se exhibe en el interior de mis ansias.

        He tenido todas las tablas de un reloj en mi cabeza, cuanto quisiera volver a  casa después de tantos años escondido en ella, volver a la ventana por donde salgo en ocasiones en aquel álbum que me hace sonreír   y parece que de tan blanca la sonrisa cada nube de este cielo es negra como  la arena del pacifico
.
                        La ilusión cayó del presente por un canal  ausente y  sin medidas ; y sin consuelo para contener sus mieles, somos en un minuto como la voz de las algas reverdecidas de toda calle y toda cicatriz en los ladrillos y toda muralla, y todo golpe en la frente, y  todo cántaro roto  en la fuente.

 No quiero más del movimiento, no quiero más del espacio, más  del sueño. Ha de ser mi sangre más de  la mirada de mis métodos, los métodos de la niebla donde mi conciencia tiene  el método de los extraños, no quiero más del riesgo ni tampoco de la osadía, si un eclipse me agobia al amanecer beberé  en el balcón de mi ciudad una gota de desanimo, y mil ríos de locas esperanzas.

Que nada ya  tiene de aceite y de unción  en mi cabellera envejecida, que  nada de añoranza  por  esa primera vez en que fui el juguetón arbitro de tirapiedras y mariposas,  de abejones y tamarindos en la pradera de mi isla, cuanto sin ver  ese broche de mama prendido junto al pecho mientras  me besa y  el corcel negro de su pelo despeñado espalda abajo, como  una avalancha  que cae en mi cara, cuanto de ese tanto que tanto ya falta

Volver  a casa, volver  allí donde empecé a nacer  todos los días en la crecida del niño mojigato  e imberbe de plastilina y algodón en la mano, volver al trillo, al sinsonte disparatado que canta sin hora y sin  puertas en el horizonte, yo me muero por  las  bibijaguas que me hacen ver, por los papalotes que me hacen sentir y las olas de la playa que me hacen imaginar, crear, reír, saltar y llorar en las faldas de la luna.

He visto hoy una mesa de cedro, he detallado cada fibra enramada en la madera y cada línea desnuda en su geometría   sedienta de párrafos, como un cosmos rectangular  bailando en  una arquitectura inmóvil.  He envidiado su utilidad y su integridad, ignorante e inanimada. Su papel  inocente de sumisas formas, su apasionante desempeño al servir, como cordero de elegantes vestiduras, y he pisoteado al pasar el último de mis cigarrillos.

                           Estoy cayendo por el borde de los oleos de un Guernica, de un Goya y de un libro mordido por los años y las polillas. He asesinado mi certidumbre, mi sosiego y he marginado mis dedos escribiendo  cosas que ya nadie entiende, mientras aun los trenes navegan por los túneles de los poros de todo el país  desarmado en una sola telaraña, repartido en una sola pieza sin la compañía de una mano tibia, de un tambor en los labios cual rumba de besos, allí donde de mujer te tiñó el pincel de Dios.

A veces escribo cosas, azules como si fueran manantiales del universo en la mano, a veces  busco que la prisa contente  los torrentes de la imaginación y se  precipite sobre una hoja en blanco, a veces quiero ser la historia para contarme actuando y destrozar estos cimientos de pasos adormecidos por la muda diestra, a veces quiero poder juntar el destino y hacer que suceda.



                                                                    Leonel CASTELLANOS/Ogbe She.

SOLOS.

Si tuviera los arcos y remolinos cual tridentes de Poseidón, tomaría  todos los pequeños océanos, cada rivera en la ola, cada salto de agua en las tormentas y haría de ellos, la más tibia de las charcas para bañar tus pies.
Si tuviera la fuerza cósmica de  todos los universos y todos los vientos, haría con ellos la más tierna brisa para rozar tu pelo.

Si tuviera la infinidad de los colores, la infinidad de las lejanías, la infinidad de las nostalgias, las tejería en una sola red para atrapar tu mirada. Si tuviera  en  mis manos cada canto, cada melodía, cada diapasón posible, los ensamblaría en un sonido, tu nombre, y entonces te llamaría hasta quedar por siempre en silencio.

Si tuviera  toda, toda lágrima ingenua y triste, toda inocente aceptación  de la locura, las llenaría de todas mis plegarias y saldría a buscarte. Si tuviera toda la magia, todo hechizo, todo voluntario impulso del suspiro, entonces los uniría en un beso para al hallarte sintieras mi alma.

Si tuviera todo el amor, toda inquietud de la carne, todo sentir     todo estremecimiento del gemido oculto en la pasión, haría la más profunda de las caricias y vestiría  tu cuerpo con ella. Y entonces…

Solos…
Eternos….
Vivos…. ¿que pudiera pasar? …¿Me creerías?


Epístola 17. Símbolos.

                                      



…(..) Símbolos en lo que queda de mí, tallados en la solapa de la carne, entizados  en el vientre de mis días, símbolos en el ombligo del desierto de los mares como un carnaval de campanas y oberturas tras el telón.
 Los tatúa  ese  guerrero que compromete mis sentidos y me deja tendido en las franjas de su cortante espada. 

La destreza del  esgrimista  destaca en las cejas del cielo,  su barba es copiosa como el abecedario en sus metáforas, en una esquina de su cara su mirada es un atropellado deceso sobre las estillas del vivir, sin ramas en sus manos se amarra la cimitarra con los cordeles de la unción al pecho de sus recuerdos. El guerrero que se amontona en la dimensión de una pregunta, se baña con trampas  de colinas y besos ensortijados.

…símbolos de cambios, de  fraternas complicaciones, insípidos desenlaces, símbolos de sorpresivas desventuras son jugo del mismo vino futuro…

…(..) Ya  he viajado por los bordes del silencio  en un carromato de continuidad con la ansiedad de un lagarto, he sido  contrabajo de las melodías que te desnudan, el ligero diapasón  que te encuentra al repetir tu nombre en mis noches, he sido el decapitado fuego  a las orillas de tus caricias, un toque de pintura en las sabanas  en curso, volátil símbolo de cicatriz en  el poro más abierto, manzana y mentira, cruz y oración envueltos en papel de miedo, antifaz de serenidad sobre golpes del suspiro mas estremecedor.

Los cementerios se llenan por minuto, los basurales se entierran de igual forma debajo de las capas de la ciudad, más aros en las orejas, más servilletas desechas junto al mantelillo barato en los cafés. Pocas manos sobre el piano, poca lluvia sobre el verdor del campo, los teléfonos palpitan sin cesar, las autopistas se aglomeran de frenos y neumáticos, un negruzco compás descansa sobre las arenas conocidas, parecen recetarnos el Apocalipsis de todo y yo solo puedo pensar en ti.

Los caballos del hipódromo  vacían las tarranqueras, las fusiones de leyes y  codicias se liberan, el mundo rota como las llantas de un tren del metro, los espejos se empañan de crisis, llora el mendigo , canta el obispo, ríe el alpinista y son noticias toda la algarabía de la gente en los túneles de la Navidad, y yo enciendo velas,  abrazo a Borges, me ducho con el sudor de mis esperanzas y pienso, pienso en ti, como un unicornio salvaje cabalga por sendas del último capítulo de fantasía.

…símbolos en la cárcel de mis retinas que no te hallan, que transan con la nostalgia, con  las bofetadas de la incertidumbre…

…(..) Merezco una súplica y el honor de encontrarte, allí donde habitas, allí donde eres, allí  donde reina la calma de los abedules, el rocío  cansado del trigo,  allí en la estepa junto a la roca rasgada, merezco  retar a  los pozos de tus decisiones, merezco un duelo con tu  hambre de ríos sin soluciones, un disco lanzado con todos mis músculos y que haga record,  merezco un símbolo de paz entre nuestras distancias, entre nuestras brechas de negación y  sumergirnos en lo más profundo de nosotros mismos.

La luna ha desaparecido tras de ti dejando su reflejo corto sobre los adoquines, se llevó la comparsa de sus romances,  por ella los pinos se desojan  y esas semillas que tienen  son como granos de arroz dispersados, este silencio es una aventura sin fin, un látigo robando dolores por doquier, un laberinto de símbolos de tu ausencia  que aprendo a devorar.


¿QUE QUIERO DE LA VIDA?



A la pregunta que usted hermano me hace, como codo de la incógnita en reposo, con el mismo suspenso  que otorgo al pensar, a esa pregunta que tan meditada respuesta merece tengo si me permite un palpitar de palabras desbordándose en la sien. Si amigo, a lo que pregunta  como martillo en el yunque… ¿que quiero de la vida?...sepa que en mi juicio  ordenado encuentro  miles de reflexiones sobre lo que pareciera un acertijo mudo.

¿Que quiero de la vida?... pues muchas cosas, una de ellas, la impronta de un equilibrio  sensato y corajudo ante la impulsividad que me abruma en ocasiones, esa impulsividad que es vivir sin saber hasta cuando, y por ello…. y solo por ello, me acompaña la intensidad, el fuego  inmenso de hacer todo cuanto pueda con  la misma pasión, sin  conocer miedos, buscando siempre que en la guerra contra la adversidad que  jamás…pero jamás, me venza. Ser y ser mas de una vez YO y no UNO más, saber que la vida me aporta la distinción, la singularidad diferente con respecto a otros no tan solo por como pienso sino también como actuó.

¿Que quiero de la vida?, Paz, esa lluvia fresca de calma  en plena juventud despeñándose en  mis sentidos, en mi conciencia, en mi espíritu. Entender el amor, ese guerrero impaciente y vigoroso que empuña toda espada, y sabe golpear en lo más profundo, entender al que me miente y sentir para entender lo que otros sienten cuando miento, entender el vuelo de aquel que no tiene alas, entender la imperfección del sol que alumbra y quema con la misma luz y es que así mismo no todos somos reales perfecciones del universo, entender la amistad que nos ofrecen con  todo los matices de un ser humano aun cuando no sea verdadera sino un plato mas en la mesa.

¿ Que quiero de la vida?... un manantial de ilusiones en un mundo tan oscuro, un patio en la piedad  de las buenas intenciones, un carrusel en las bondades de los hombres, un sitio en la esperanza, un eterno balcón en la verdad.

¿Que quiero de la vida?,  un poema de Borges, una nota de Atahualpa, un lienzo de Monèt, el beso que no finge, la caricia que no traiciona, la mano que no   señala ni rechaza mi color, mis ideas,  mi religión, el corazón austero y  repleto de razón, la cordura con jardines de locura sobre la piel que sabe adentrarse en el alma, la inocencia  perpetua de mis hijos, la capacidad de verlos crecer y llegar al cima de sus sueños.
¿Que quiero de la vida?.. un bosque tan verde que duela  en los ojos, un aire tan puro como pétalo rosarino, un río tan grande y cristalino  y dulce como ese panal que la abeja redondea sin prisa y con fervor, un mar , un mar azul de estrellas  enormes por donde navegamos todos.

¿que quiero de la vida?... la prudencia, el aplomo, el consejo y  el silencio de una sabiduría persistente, el vicio por lo único, por lo la mirada disimulada,la nerviosa sensación de  guitarras tocando en el pecho,y también bendiciones de mis dioses, de mis ancestros, de mis queridos y por supuesto el respeto de mis enemigos.

¿Que quiero de la vida?, pues que no me falte ni el talento ni la humildad, ni la sagacidad ni la osadía,  ni la gallardía ni el honor al que me debo, para  encontrar  cada día ese pan que dice tocarme, mi pedazo de luna, mi rincón de gritos, mi espacio de tormento, mi momento de protesta, mi cansancio, mi libertad, mi ajetreo cotidiano, … y también por que no, mi muerte, la muerte merecida pero blanca, sin  deudas, sin arrepentimientos , sin más gloria de saber que cumplí la misión por la que vine a este mundo.

¿Qué quiero de la vida?...vivir mi vida, y solo eso.

EPÍSTOLA VI

                                                          

Es  en todas las ocasiones el amor un tabernáculo de nuestras vidas para refugiarnos, aunque si algo me han enseñado los años es que precisamente la vida es un método  que suele transcurrir de manera extraña, una simbiosis regeneradora en lo social y confusa en lo conmutativo del ser.

¿Si la álgebra y la física me conducen por leyes que me absorben y planean mis tropiezos, mis aciertos y mis tempestades, si la fantasía es bruma dibujada en las encrucijadas de cada día, porque no levanto las banderas y me voy alto, mas alto que el cielo?...¿Por que no hay manantiales en los iconos de mi pies?
Todavía  en las esquinas del viento que me azota propongo papalotes de nosotros como un litigio entre ser y  navegar por las escamas de los espacios, todavía  cambio las libélulas por libres saltamontes, y desperdicio equilibrios en los altares de un beso cuando se me antoja.

La contención de esas riveras intrusas en la mente, el danzar de un  tránsito neuronal sin escapes, sin  más desgarro  que aquel del quebranto y la incertidumbre, la prisa de las espinas del destino me hacen des balancear los horarios, los cráteres y los mármoles de toda costumbre. Ya no tengo fragancias en las sienes que me recuerden  el sendero  de regreso, ya no camino en círculos entre los matorrales de la inocencia, ya no cultivo  instantes de gloria frente al espejo como Don Quijote.

Vestido de negro estaba  el gatillo el día que mataron a Facundo, cual cobardes se apostaron entre sus melodías y su mirada, sin más  codicia que su ignorancia…y se llevaron el alma, ¿Cómo puedo quejarme de mi suerte por unas ampollas en las manos?... ¿Cómo, si yo he podido mirarme en tus ojos?... además de entregarte las nubes de ese amanecer que me habita, y esa sed en tus suspiros, no puedo llorar huellas, ni calambres ni materias inconsistentes de místicas osadías cuando estoy junto a lo que eres.

En todas las dimensiones  y ejes de lo incognoscible puedo hacer catarsis en el reposo de mis pensamientos, puedo degollar las ansias sin destino, sin fronteras, y vaciarme en el laberinto más espeso de lo cautivo y de lo inverosímil sin sospechas ni testigos, a solas, como un hechizo que se fragua en la quimera juvenil. Los pertrechos y los huesos deambulan en los estados y vendrá un águila roja a posarse sobre las grietas de la tierra, escupirá desde sus alas un torrente apocalíptico que desnudara la noche, por un pez, un barco y una roca marina, vendrá también un socorro desde lejos cuando se cierren mis ojos en esa mazmorra del tiempo, para fusionar mis instintos como lo hace el mortero en la cañada del arroyuelo con  el lino de su orilla.  Para entonces  un rey   caerá desde su trono  apuntalando  la historia,  será el desierto agua,  y las nubes un humo denso de bullicio y constelaciones despedazadas, ya no habrá cintura que te aferre a la calma, ni al pasto de las poesías, el alimento se perderá en los números  de unos pocos, los ladrillos  rojizos de aventuras descansaran sobre la trémula calle, y recordarás mi nombre.  Pondremos tablas detrás de las ventanas, rezaremos a  nuestros dioses y cada silaba de nuestro canto será la brisa que podrán repetir los colibríes  cada día de Abril.

Ha comenzado el ritual de las adivinaciones, han   llegado las manchas   del crepúsculo más volátil, si dejo en tus manos mis acertijos y mis retratos puede que entonces me acepten  en los anillos de  urbanas mareas, puede que aun pueda distinguir tus cabellos del rizado horizonte, puede que incluso te cobije en el manzano de las esperanzas, y me ruegue una oración de infinitos y armonías.  Cada rodilla en mis palabras  serán sentencia que te persigue en lo eterno, cada vocablo de mis deseos, cada cuña en  el espíritu desmontará  azucenas de nuevas variaciones.  Como aquel minuto que muere para hacer nacer otro incansablemente.


lcr/2015/ch/dic/lcr-pc.


Derrape.



                    
                                                     “Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”

                                                                                                              Proverbio japonés.

Giros a la derecha, entona esta hoja de sierra sobre la fibrosa epidermis de la madera, un corte sin preámbulos, inusitado por la fuerza de mis manos. Hay una arena empolvada lloviendo  en las uñas y los poros  que tatúan el surco, bajo el telón del jardín. Hay  un remolino ingenuo y resbaladizo trotando entre los rieles que se abren y separan como las puertas del granero. Venzo con cautela el nudo endurecido que aglomera el centro, paso con cabizbaja mirada por  esa inanimada vertebra y comparo el pasado  con el presente, precisamente como esas dos mitades que nacen de este acto. Así, como de verdugo embestido por la furia de este sable circular y montañoso veo el destino que empujas hacia mí y así de rendido como el esqueleto vegetal que hoy inciso, me atraviesas con tu voluntad de eterna mujer.

Este era el mangle disparatado que naufragaba y se anclaba al arrecife, aquel que conmueve la tarde, crece en espiral y  se enamora de tus manos en su tallo, el mangle enroscado como la hierba detrás de rosal, las pequeñas burbujas que se arrastran sin corriente, más bien como un  capricho  testarudo en fila, emergen  con gracia y  altanería por debajo de tus pies en mi ilusiòn, y te miro sin nublados en  los ojos, para verte el latido del alma mientras le desojo con este bisturí dentado. Voy a ti en cada franja y te miro  con los dientes del suspiro, con  el eco del anhelo y me reparto en tus pechos como ese aserrín que navega en el viento, me repito  mientras desgarro en trozos la leña, te miro en ese  vaivén  distraído que encandilan  tus muslos en mi mente, te miro con la marcha  de mis pensamientos  vulcanizados por la candidez que me taladra en esas pulsaciones involuntarias y lívidas al desearte.

¿Que será de ti en este minuto, que aventura podrá cobijarte en este segmento de esplendor de distancias y utopías, que brillo enmudecerá en el trino de tu voz cuando respondes amaneceres? Yo voy entretejiendo a ratos la trenza de la tarde y el divorcio de la madera, rasgada con el sedal de mis nostalgias , yo voy abriendo compases en  ese vicio que incrustó la raíz en esta porción de manglar, yo tengo una gaviota  remando en tus espaldas, caracolas pinceladas acariciándote, tengo  algas boreales  retozando en la lengua, en el labio, en el ombligo que  escarba tus orígenes, tengo una sonrisa instigando en la fibra de tu ser, como esta espada  deforme abre el joven mangle que hoy aserrucho, pensándote, pensándote.





                                                                                                      Lcr/dmq/dic/..2015



DEL TEMOR, LAS DUDAS Y LA SONRISA.

                       


El canto de tantas palabras perdidas lleva de rojo y de pequeñas celdas apuntaladas, en sus barrotes mas húmedos  retorna la fuerza de los intrusos y campanas de destierro repican en las alfombras de sus sombras. 

Una muralla de niebla entorpece el viaje del día, proliferan en los suburbios  entonaciones de diálogos inconclusos, me detengo en la puerta de los horizontes con el cuchillo de rebanar la ilusión y para entonces mi fe es un sitio desolado.

Bendito canto de  dolor, bendito auxilio de repetidas ausencias es mi pena, con acrobacia y mascara se abre el escenario cotidiano. Bufón de pantuflas y taza de café es mi balcón  desierto, trampa  para madejas de recuerdos, silla de sentencias y fuego ensortijado en  la órbita de los ojos lánguidos y desorientados me acompaña.

En estas tierras lejanas, las cordilleras son entablados telones, hay estaciones que por momentos cubren  de lodo y nieve sus cimas, es tan fría la tarde como el pasar de los caminantes por las aceras, la mano cálida no sabe  del abrigo que corona, no hay en ella un ápice de nocturnas acogidas y mil sombreros deambulan por debajo de las antenas y los carteles digitales, soy un cazador en medio de un grano de arena gigante, soy un vicio  de la bohemia sin  el contrabando de las hospitalidades, soy carácter y soy hierro.
A veces me raspo la cara con los dedos, porque se convierte  en una pared, una pared con forma de cara, ovalada, barbuda y taciturna, a veces es mi rostro un retazo de madrugada, a veces es mi boca una amarga caverna de oscuras y silentes ecuaciones. Si tomo un libro en las manos solo observo las primeras líneas, el teléfono entona un himno constante de números. Vivo en un edificio de pasillos largos, de elevadores demorados  y vigilantes, vivo en una calle de taxis y bicicletas, vivo en una ciudad de zombis que trabajan y duermen.

 Un vino barato y una vela más barata aun, reposan cada uno frente a mi cuando la noche cae deliberadamente, una canción rueda por los oídos, las sirenas de bomberos y policías circulan por las trastienda de las ventanas, las muchas luces de las torres finales en las azoteas son  crepúsculos inocentes e intermitentes y yo soy un juguete de mi  almohada, mi cama una trinchera, mi desesperación un fusil y  el temor un ejército. Hace mucho dude para escribir este cuento donde me expongo, por temor a que nadie lo leyera, pero la razón de decir, me convenció a hacerlo.
 ¿Que es el optimismo sino un temor al pesimismo?, o ¿que es dudar al  cruzar la calle sino es un temor invisible a los autos?

El temor te invade, pero pocos hablan de eso fuera de una crisis, temen al bochorno,  al descalabro mental que produce la burla, temer a sentir temor es más que dudar a ser valiente, o ¿será una falta de razón lógica que nos hipnotiza los sentidos?, ¿será tal vez el temor al hambre lo que nos hace comer o es el temor a estar solos lo que nos hace reunirnos?

¿Hay razón en el temor, o solo estoy dudando de que exista otro motivo para hacer las cosas?

Tan enormes esos motivos en ocasiones  y tan poco el boleto  de satisfacción, crear enormes estructuras a nuestro alrededor contiene ese deseo de que sea grande todo lo que tenemos, es la abundancia aquello que opaca nuestro temor a la escaces, 
Conocer tantas cosas es lo que nos permite saber que decidir, ¿pero que pasa cuando lentamente una duda nos nubla todo y caminamos por raíles hacia la razón de que el miedo es mental?, ¿pero porque si es mental se me aprieta el pecho ante esta duda?
Hemos temido siempre, a la lluvia, a la muerte, a la ansiedad, a la soledad, y hemos sido bala disparada sin rumbo, y hemos sido marioneta, presente, pasado, catarsis,  salto, golpe, soberbia, orgullo, abandono y hoja marchita.

Sonreír es un lujo cuando nace del alma, sonreír como un parque lleno de palomas blancas y agua cristalina es una hazaña de pocos, sonreír como un tren que recorre la avenidas de las lindas emociones es un pan para el mendigo, es una oración para el cristiano y es un sueldo de millonarios en estos tiempos, sonreír es paz y  es un joven  manantial descarrilado debajo de un roble verde y marrón sin  frenos.


Y yo después de todo solo puedo sonreír cuando estas junto a mí. El resto de mis minutos es duda y temor a que no llegues.

FUI AL PSICÓLOGO

Hace unos días fui al psicólogo, es natural cuando entiendes que algo anda mal,   y algo anda mal cuando fumas más de la cuenta, tu banco te envía mensajes sobre tu morosidad, un carabinero te pone un parte, la Tele te aburre, la melancolía te rebasa escuchando una canción de Al Green, pasas horas pensando y pensando en las horas, viajas en el metro como un cosmonauta, pierdes apetito, tu jefe entiende que eres un héroe pero debes seguir cobrando  como un empleado mediocre y entonces sientes que te falta la paciencia, te ahoga la ansiedad y el planeta gira en tus sienes a mil revoluciones, algo anda mal cuando deseas estar muy lejos de todo lo lejos que existe.


Las cosas andan mal  cuando terminas una relación, y todo por dentro,….no solo el corazón, también el hígado, la garganta, los ojos y las piernas te duelen. Porque ya no llamaras hasta enmudecer el nombre de alguien, ya no miraras lo azul del cielo en los muslos de alguien, ya no correrás  para ser puntual en el sitio acordado, y tampoco te embriagaras para perderte en su piel.

Comienzas hablando con el amigo o la amiga,  recorres paginas del ciberespacio, lees libros de auto-ayuda, viajas sin regreso dentro de tu baño, sales a bailar y no bailas, llenas crucigramas de física y entre tanto y tanto, dices… ¿porque no? Sacaré una hora con el psicólogo, y que descubres,  que todos tenemos los mismos problemas pero con diferentes ecuaciones, que somos grandes y valientes, torpes y débiles, que vivimos  a pesar  de todo lo que enfrentamos, que sin querer seguimos  aquí, que somos un accidente y no la creación o viceversa, que cambiar un tema es una transferencia comunicativa y la depresión culmina en un delirio apocalíptico.

Que somos adictos a ser felices,  a encontrar nuestra misión, que optimistas recibimos las malas noticias y decimos no importa siempre hay una solución. La vida suele ser un caos en ocasiones, pero nuestra voluntad es enorme cada vez frente ante cualquier obstáculo, que  somos libres siempre o eso creemos, que siempre actuamos firmes ante la adversidad pero en justa verdad, todos estamos locos.
Ya fui al psicólogo, para saber lo que ya sabía, pagar lo que no debía, y descubrir que solo he actuado como muchos lo hacen, que  si ahora  soy un solitario  es que formo parte de un número  de las estadísticas y que lo que necesito es un gran amor o quien sabe tal vez mucho dinero, mucha suerte o mucha moral estable y mucha lógica, no se  por que el resto solo son  facturas, recetas y leyes naturales.



EL RELOJ

Acordonados como esas cabezas y cuerpos en los estadios, amontonados y esposados como los granos de maíz en la mazorca, repletos y rebozados como un plato de lentejas, como muchos escalones los segundos son piruetas de un payaso.

Fundidos como las pecas en la espalda de una pelirroja, como  el arrecife desnudo bajo la ola. Entrelazados como esos cordones en la bota bajo la cama, como anillos sujetos y gemelos, como las siluetas, los parámetros, los unidos copos de nieve,  los minutos son una lavandería llena de giros sin cesar  entre la mezclilla y el jabón.

Con una maquinaria de cuarzo y podredumbre  en dentadas circunferencias mido mí  existir diario. Como un tatuado dispositivo de de despertar y dormir cuelga de mi mano un sabio masoquista infeliz  de esferas y ritmos, un incesante sujeto que pegado a él me obliga  a ser grillete de su gobierno.

Esclava  de castigos y cansados martillazos es la ronda que asesina sin prisa las horas y los espacios. Siempre tan entrometido en  todo lo que hacemos, siempre tan galán  e inquieto, siempre tan astuto y parásito es mi reloj una sarcástica manera de saber cuánto he vivido hoy, no es mi compañero, no es mi súbdito, no es mi  amante,  no es mi   amigo, es solo eso, un bisturí que abre sin ayuda la piel del tiempo.

De tantas vueltas en este carrusel mi reloj inmóvil renace los velorios que  cada hora emprende, va como heraldo  ante la torre, va como quien preside el patíbulo, va como el barbero de barrio midiendo lo extenso y recto que es su trabajo, diera muchísimo porque parara de una vez  para siempre y este instante juntos, fuera esa  soñada eternidad.

Si solo pudiera medir el amor con esa gota de inmensidad, con esa válvula de la grandeza, con ese palpito en el pecho,  con ese estilo de lo mío y lo tuyo protegiéndonos y no tener este injusto tiempo, esta gravedad anciana, relativa,  directa hacia  abajo metida en este tic tac alfanumérico de batería y manilla, entonces seriamos libres.


Quien inventó el tiempo, quizás tuvo mucho tiempo para crear para servirnos  algo tan inservible, tan incapaz que no se ve mientras nos observa, que   se acumula y no llena,  que solo pasa sin ir ni venir.
Algo que es ese segmento donde cavamos y cavamos para repartir algo que en verdad no hacemos, ¿no sé si es real o no?...tampoco me interesa, pero el tiempo solo tiene algo que me gusta, y eso eres tú, aquí, ahora.

                                                      LCR/2015, Enero/ lunes/ 19:54.47.32.pm.




SIN COARTADAS.

Tengo la sensación, que en el vuelo desorbitado de un ave lleva consigo el viento tu imagen, voy deambulando por entre postes y adoquines, no pienso….trato de no atormentarme pensando en las facturas o el arribo de fin de mes,…pero lo poco que pienso se relaciona contigo. 

Los semáforos en simultáneas franelas y lentejuelas de rojo y verde me indican como robot  del camino cuando parar y cuando seguir. La soledad es un escalofrío incomodo y torturante, es un grito infinito dentro del alma, es una guillotina macabra que se te inyecta en los pómulos y ciega la visión, es un taladro en la frente que sin respiro te arranca la calma.

La soledad es un ángel mortífero, llega y se instala en tu mesa con naturalidad sin ser invitado, se acomoda entre tus sabanas y casi no te deja espacio, y sin piedad invade las paredes, los parques, los bancos, los autos, el cielo, el horizonte y toda tu re jodida vida. La soledad es un asesino de la conciencia, un maldito error de dios al crearnos, un zumbido ensordecedor en la oreja de constantes campanadas, un veneno combinado de todos los males, un disparo, una cuchillada, una muerte.

Sé que leerás esto, se que en algún momento veras en estas palabras la verdad histórica de que es la soledad…..y se también, que estarás de acuerdo conmigo.


Nunca debí dejarte marchar a pesar de todo, nunca debí frenarme cuando rompimos los lazos, no por que eras lo más importante para mí, no porque era tu sangre en mis venas de la forma que aprendí a vivir, no porque comprendí en tu boca que era un beso, no porque ese mar de caricias que se enroscaba en nuestros cuerpos fue la maravilla inconmensurable, no!!!..... Es más bien porque te llevaste todas la armas con que combatir a esta enfermedad de mierda que es la soledad.
…Palpé con la punta de los dedos de la nada, una grieta, un caos reducido en minúsculas profecías y desalentados suspiros, palpé  toda máxima expresión en la partida, el adiós tomó tamaño como esos dibujos altos que en las nubes se forman, palpé como un gladiador del insomnio mis parpados, mi sombra y mi espíritu, mientras dormía en uno de mis sueños despierto y vi en lo profundo de este hoyo que es la locura, un descenso de todas las manos que sostienen  mi figura, toda piedra a través del túnel alzada con su  propia rudimentaria y cual armadura me cubre en la caída…

Vi el río dormido sobre el fondo, la ola quieta ante la orilla, el viento muerto en la rama, y cansada las alas, los ojos y la noche.
 Vi en este hoyo enorme que es el silencio, desarticuladas todas las estructuras de sonidos y un eco incierto  renombrado y enmudecido, como un ingeniero de melancolías, como un austero reparador de sinfonías desalentadasdeslumbré a lo lejos la  ambigüedad de las ausencias y el hastío de la segregadas notas calladas y  vertidas en una marioneta de oropel.

 Si tuviera los arcos y remolinos cual tridentes de Poseidón, tomaría  todos los pequeños océanos, cada rivera en la ola, cada salto de agua en las tormentas y haría de ellos, la más tibia de las charcas para bañar tus pies.
Si tuviera la fuerza cósmica de  todos los universos y todos los vientos, haría con ellos la más tierna brisa para rozar tu pelo.

Si tuviera la infinidad de los colores, la infinidad de las lejanías, la infinidad de las batallas, las tejería en una sola red para atrapar tu mirada. Si tuviera  en  mis manos cada canto, cada voz, cada diapasón posible, los ensamblaría en un sonido, tu nombre, y entonces te llamaría hasta quedar por siempre en el suspenso del venir.

Si tuviera  toda, toda lágrima ingenua y triste, toda inocente aceptación  de la verdad, le llenaría de todas mis plegarias y saldría a buscarte. Si tuviera toda la magia, todo hechizo, todo voluntario impulso del suspiro, entonces los uniría en un beso para al hallarte sintieras mi alma.

Si tuviera todo el amor, toda inquietud de la carne, todo sentir     todo estremecimiento del gemido oculto en la pasión, haría la más profunda de las caricias y vestiría  tu cuerpo con ella. Y entonces…

Solos…
Eternos….
Vivos…. ¿que pudiera pasar? …¿Me creerías?






RETINAS EN EL HORIZONTE.

Ungido  en el amanecer junto a la ventana de marfiles y nevados cristales, telón de amortiguado gris que descuelga del cielo,  te pienso. Me  he levantado y estoy aun enfundado en un pijama  de franjas celestes que alguien me regaló alguna vez, ordeno las ideas y el alma se inquieta como cuando me encadenas con esos brazos terciopelados,   ahora debo subastar en el bordado rupestre y pintoresco que se aborda en los canales del pensamiento mi  nostalgia de ti. Me tomo unos minutos para desperdiciarlos en un cigarrillo que fusilo en extensas bocanadas y se encienden  los primeros acordes de una radio tan intrépida como matutina.
 Hace  días intento pintar un cuadro y por ello desde ayer preparé las vasijas para recoger el rocío de la noche, removí los pinceles en una lata vieja y oxidada con esos líquidos necesarios.  Ahora somos unos acróbatas el lienzo y yo, empujados a describir algo tan sublime que duele de tan bello  por demás. Intento pintar tu cuerpo, quiero que mis manos cuenten toda la historia de esos instantes en que te acarician, quiero que la piel grite por mis dedos y en colores el suspiro eterno que en ella vive.
                          Las cortinas  no me hablan hoy, se han confabulado en mi contra  y retorcidas en  sus cascadas de hebras y líneas inmóviles enmudecen sin piedad. Ajusto el caballete pero un tornillo quebrado por el tiempo hace que se incline a la derecha, si utilizo el color azul, será para esa aérea y tan intenso como el mar de tus caderas.
No  sé cómo lo haré con la tonalidad de tus ojos, es un verde rubio  como sol de primavera salvaje y joven. Tu pelo corto invade y va destronando tus hombros en una fragua negra que marca el inicio de tu espalda, esa sabana de curvas y valles  en donde tanto suelo perderme y aunque  sea más fácil trazar el  segmento continuo de tus labios, el beso, el beso jamás lo podré dibujar.
Intento pintar un cuadro…espera!!! , acabas de llegar.




A MI HIJO CRISTOBAL.

                    

Me inspira
El agua clara y fría del arroyo que implanta una sabana de quietud
En la niebla descendida sobre  los ocasos, la vida valiente de una llama de luz
Me inspira
Un pensarte infinito mirando al cielo azul
Desde la cordillera dormida que muere en el tronco de un Abedul
Me inspira
Justo en el telón del mar circunda un ave el horizonte a plenitud
Y eso me inspira
Pero es cierto que nada me inspira mas que tu.

Tengo manchas en los planetas, y las galaxias del ímpetu
Que acorraladas en la almohada te aprisionan en una lágrima
Me inspira a vivir tu nombre, cual bálsamo cubanicú
Tu voz llamándome en la distancia, esté en Oyó o en Tolú
Por que llama desde dentro, en el alma.
Me inspira
La esperanza, pero jamás ninguna como esa
En la cual en un abrazo, te fundes a mi pecho
Nada, nada mi querido hijo, me inspira mas que tu.


Recordar tus ojos y tu mirada activa
Me inspira
Tu beso tierno y hasta la lágrima en la despedida
Me inspira
Mil franjas de colores en similitud
Suelen adornar el paisaje de esta distancia
Tus travesuras, tus sueños, tu fragancia
Me inspira
Pero nada, nada, me inspira más que tu.

Saber que eres mío y que nada mas mío existe
Me inspira
Saber que lleno de ti estoy, que todo lo demás de vacío se viste
Me inspira, saber que te quiero y te querré.
Me inspira
Y saber que te amo, te he amado y te amaré
Totalmente,
Me inspira, pero es cierto y así siempre será
Que nada me inspira, nada, más que tu.

REFLEXIONES SOBRE UNA FRASE.

                                                         ...Hay dos cosas infinitas en este mundo, una es el amor y la otra  la estupidez…

Es tan fácil distinguir el amor del resto de las cosas de este mundo; y se ha dicho tanto sobre él, que un poco mas de palabras no hará daño a nadie, pero de la estupidez que tan poco se habla y que difícil  de extinguir en ocasiones, el amor  lo escoge uno, lo elige, lo pronuncia, lo palpa, lo contiene, lo divisa, lo consume… la estupidez nos escoge a nosotros,  nos invade, nos coquetea y estúpidamente nos maltrata y  nos colma a través de otros.

Estas dos antagónicas  actitudes  del ser, aunque no se crea suelen ser  tan mayúsculamente  paralelas  como mar y cielo, la estupidez contiene ingredientes letales como tontería, envidia, chisme, frustración y sobre todo una dosis de retaso mental, falsa idolatría, autosuficiencia mediocre y deficiente, bajo coeficiente intelectual y sobre todo amargura, idiotez y desbalance emocional, el estúpido no medita, no piensa, no calcula, el estúpido se precipita, no usa la razón o alternativas, su perspectiva es fija, no varía su modus operandi y le es muy difícil retroceder en su opinión enajenada y con matices de insensatez, es un ser inicuo, inquisitivo y deprimido.

Pero hay  un tipo de estupidez inofensiva, casi inocente, casi imitable, esa que  nos nubla a todos cuando estamos enamorados, pero de esa no hablaremos hoy.

Hablaremos de esa , que al caminar una calle nos cruza justo delante de las narices, aquel triste tendero o dependiente de la farmacia que cierra la puerta faltando un minuto para la hora de cierre, y le suplicas y  se niega a escuchar, sigue el esquema absurdo y poco hospitalario de “SON LAS NORMAS”.

El estúpido posee una imaginación inmensa, esto le permite crear  enredadas  situaciones sobre su entorno, tiene  una visión infrarroja, ve las fantasías más épicas y mitológicas que pueda soportar un “rollo”, una “nebulosa” o una “intriga”.
El estúpido no tiene cerebro, posee una sustancia en la parte  superior  e interior del cráneo, que tampoco es cráneo sino vasija, pero no quiero confundirlos con clases de anatomía, volviendo a la sustancia, esta de color gris es una mezcla de grasa, orine, neuronas muertas, liquido cito-plasmático y mucho  cartílagos en estado liquido combinados con membranas y tejidos acumulados en obsoletos cuadrantes de  sus  lóbulos frontales y parietales.
Cuando tropiezas con un ser  y  es un estúpido en potencia, usa un disfraz casi perfecto en el camuflaje, por ejemplo  el estúpido investiga tu vida con la precisión de un detective, y concluye en su infeliz meditación que tu eres un ser inferior, utiliza un diseño de códigos mentales que le permite clasificarte, y claro está, escogerte.

El estúpido bebe del manantial de la ridiculez, no conoce la alegría, más bien la sátira, no utiliza la verdad, prefiere la ironía, el sarcasmo y la burla, nace bufón, ilógico y torpe, el estúpido es un gigante de la deslealtad, de la calumnia y  la sonsera. Le apetece las comidas raras, adora emborracharse, se muere por `programas de televisión  estúpidos,  ama los realitys shows y es fanático de los comerciales  sobre cómo hacer tu propio inodoro de silicona.

Un estúpido con un teléfono es una bomba, un carrusel infinito de vueltas y vueltas estúpidas sobre una pantalla portátil, las redes sociales y los estúpidos se llevan muy bien, el estúpido es un mercenario   a la orden de lo aborrecible, un mecánico del tiempo que crea coordenadas para perder la noción de este, un estúpido con un poco de dinero es  a un peor, es un sicario invencible de la moral y el buen gusto, un atrofiado modista, un insultante y obsesivo traficante de la moda, adora los colores pasteles, como  violeta plateado, el dorado plateado, el amarillo plateado y el azul plateado des combinados y en uso diario.

Deberían de existir señales de tránsito  para y contra estúpidos, por ejemplo un PARE, NO SEA ESTÚPIDO, o tal vez CEDA EL PASO, AL ESTÚPIDO. Los restaurantes deberían tener letreros como para prohibir la entrada de animales, prohibir la entrada de estúpidos. Frases en los edificios de Alertas, como esas de evacuación, algo así como, ALERTA ESTÚPIDOS CERCA, debería existir una escala de Richter para medir la estupidez, como con los sismos,  escuelas para estúpidos,  hospitales para estúpidos y ciudades para estúpidos.

Si  a tu hay alrededor hay un estúpido o una estúpida y  le quieres clavar una estaca de madera como a los hombre lobos, déjame decirte que es inútil, también son inútil el ajo, las balas de plata y los crucifijos, los estúpidos no mueren, son invencibles y más fuertes que los idiotas, se propagan en masas y una vez infestados no tiene cura.