Hace unos días fui al psicólogo, es natural cuando
entiendes que algo anda mal, y algo
anda mal cuando fumas más de la cuenta, tu banco te envía mensajes sobre tu
morosidad, un carabinero te pone un parte, la Tele te aburre, la melancolía te
rebasa escuchando una canción de Al Green, pasas horas pensando y pensando en
las horas, viajas en el metro como un cosmonauta, pierdes apetito, tu jefe
entiende que eres un héroe pero debes seguir cobrando como un empleado mediocre y entonces sientes
que te falta la paciencia, te ahoga la ansiedad y el planeta gira en tus sienes
a mil revoluciones, algo anda mal cuando deseas estar muy lejos de todo lo
lejos que existe.
Las cosas andan mal
cuando terminas una relación, y todo por dentro,….no solo el corazón,
también el hígado, la garganta, los ojos y las piernas te duelen. Porque ya no
llamaras hasta enmudecer el nombre de alguien, ya no miraras lo azul del cielo
en los muslos de alguien, ya no correrás
para ser puntual en el sitio acordado, y tampoco te embriagaras para
perderte en su piel.
Comienzas hablando con el amigo o la amiga, recorres paginas del ciberespacio, lees
libros de auto-ayuda, viajas sin regreso dentro de tu baño, sales a bailar y no
bailas, llenas crucigramas de física y entre tanto y tanto, dices… ¿porque no?
Sacaré una hora con el psicólogo, y que descubres, que todos tenemos los mismos problemas pero
con diferentes ecuaciones, que somos grandes y valientes, torpes y débiles, que
vivimos a pesar de todo lo que enfrentamos, que sin querer seguimos aquí, que somos un accidente y no la creación
o viceversa, que cambiar un tema es una transferencia comunicativa y la
depresión culmina en un delirio apocalíptico.
Que somos adictos a ser felices, a encontrar nuestra misión, que optimistas
recibimos las malas noticias y decimos no importa siempre hay una solución. La
vida suele ser un caos en ocasiones, pero nuestra voluntad es enorme cada vez
frente ante cualquier obstáculo, que somos libres siempre o eso creemos, que siempre
actuamos firmes ante la adversidad pero en justa verdad, todos estamos locos.
Ya fui al psicólogo, para saber lo que ya sabía, pagar lo
que no debía, y descubrir que solo he actuado como muchos lo hacen, que si ahora
soy un solitario es que formo
parte de un número de las estadísticas y
que lo que necesito es un gran amor o quien sabe tal vez mucho dinero, mucha
suerte o mucha moral estable y mucha lógica, no se por que el resto solo son facturas, recetas y leyes naturales.
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