Ungido en el amanecer junto a la ventana de marfiles y nevados cristales, telón de amortiguado gris que descuelga del cielo, te pienso. Me he levantado y estoy aun enfundado en un pijama de franjas celestes que alguien me regaló alguna vez, ordeno las ideas y el alma se inquieta como cuando me encadenas con esos brazos terciopelados, ahora debo subastar en el bordado rupestre y pintoresco que se aborda en los canales del pensamiento mi nostalgia de ti. Me tomo unos minutos para desperdiciarlos en un cigarrillo que fusilo en extensas bocanadas y se encienden los primeros acordes de una radio tan intrépida como matutina.
Hace días intento pintar un cuadro y por ello desde ayer preparé las vasijas para recoger el rocío de la noche, removí los pinceles en una lata vieja y oxidada con esos líquidos necesarios. Ahora somos unos acróbatas el lienzo y yo, empujados a describir algo tan sublime que duele de tan bello por demás. Intento pintar tu cuerpo, quiero que mis manos cuenten toda la historia de esos instantes en que te acarician, quiero que la piel grite por mis dedos y en colores el suspiro eterno que en ella vive.
Las cortinas no me hablan hoy, se han confabulado en mi contra y retorcidas en sus cascadas de hebras y líneas inmóviles enmudecen sin piedad. Ajusto el caballete pero un tornillo quebrado por el tiempo hace que se incline a la derecha, si utilizo el color azul, será para esa aérea y tan intenso como el mar de tus caderas.
No sé cómo lo haré con la tonalidad de tus ojos, es un verde rubio como sol de primavera salvaje y joven. Tu pelo corto invade y va destronando tus hombros en una fragua negra que marca el inicio de tu espalda, esa sabana de curvas y valles en donde tanto suelo perderme y aunque sea más fácil trazar el segmento continuo de tus labios, el beso, el beso jamás lo podré dibujar.
Intento pintar un cuadro…espera!!! , acabas de llegar.
0 comentarios:
Publicar un comentario