Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

Frases.

"Dejàd que esos que dibujan arcoìris en blanco y negro se ocupen de su faena inmortal, yo me conformo al unìsono con mis mùsculos y maltrecho corazon en ir detràs de ti.........; dejàd que transcurra el viento entre los olivos maduros y los fòsiles insatisfechos, dejàd que se desprendan las corduras al juzgarme,no temo,voy detràs de ti."

Frases

"Y es el invierno que arremete con los tirones de cualquier corsario en abordaje despiadado,..........¿ y que fue de esos leños que por todas partes ardìan como hoguera inocente?.... a de ser que el tiempo màs que simbolizar el olvido ,lo engrosa. "

Balada del viajero,

Convertido en apuro el camino estaba cuando la noche le vestía, sin más paso que su espada oscura y
caminantes rendidos en la montura del viaje, viniéndose a sentar logran aquellos, junto el arroyo que
por sonido trae cantata en sus aguas sin muerte.

Los palos que de la hoguera prisioneros son, la olla del hollín verduzco provocado y las botas de cuero
que al castigo de la roca se rinden, descansan todos en cada lugar que por sumisión les pertenece, y es
entonces que empieza el quebrantado discurso de aquella pena, que muy hondo también habita y que
también como el más leal de los perros acompaña y camina.





-¿Alguien te espera, pregunta quien de juventud broncea su frente?

-No, hace mucho que me olvide de cuanto amor existe.
Un cigarro torpe, torcido por mano longeva, atestigua la respuesta del interrogado.


Si bien no se conocían mucho, la marcha sostenida por agujas amarillas y estrellas les enfundo
en la leyenda de este cantar, que sin guitarra me atrevo a contarles.



Quiso hablar entonces del padre tras los telares del hogar
Y de ese fuego que en la cocina pobre vive

Quiso hablar de la tarde meciéndose en sol dormido

Quiso hablar del padre, arriero que desciende de la loma y busca el abanicado sendero
en la mañana

Del mirar sostenido y la mano dentada entrelazada en el inocente saludo, quiso hablar de tanto, y no pudo.



Quiso hablar de la madre, la de cabello andino, lacio y negro
Ensortijado y suertudo cabello, que fusilado por viento, revoletea en los hombros
De la madre que en palabra suave te abraza el alma, y te besa la vida para hacerte prisionero eterno
Quiso hablar de la madre, la de olas encrespadas en el andar, la del consejo confiado, la del silencio
en el desvelo sincero, la del llanto, la del rezo, quiso hablar de la madre y no pudo.



Quiso hablar del hermano, de ese potro salvaje sobre los trigos y amapolas
Tendido cual sabana primaveral, llegaba y reía en sus sueños.
Quiso hablar del hermano, con los juegos que a la tierra preñaban sin tregua.
Quiso hablar del hermano junto a ese árbol frondoso, despiertos para contar hojas que por otoño caen.
Quiso hablar bajo el más amplio de los cielos, del hermano, y no pudo.



Quiso hablar del amigo
Aquel que en sus triunfos hacia asomar una plegaria por su suerte
Quiso hablar del amigo que comparte el mejor de los destinos
Quiso hablar de la fraterna devoción, que en el abrazo cándido amerita
Quiso hablar de hilos de sangre apertrechados en las barricadas del corazón
Quiso hablar del amigo, de alabanzas y complicidad, pero no pudo.



Quiso hablar del amor que desentierra la fibra y encuentra los códigos
Abre puertas y revienta las cuerdas
Del amor que remonta la piel y la desnuda sin espacios,
Del amor infinito y voraz en la locura, quiso hablar de l amor y no pudo.



Quiso hablar de dios, pero a tanto silencio antes merecía una continuidad.
Hasta de él, calló, y de la mar embravecida, y de la lluvia aguerrida, quiso hablar de la peor de las
hambres, la soledad, pero queriendo hablar de tanto y no poder, tendiéndose en lo espeso de la
madrugada, durmió con todo adentro como guardado en un cofre al final del océano.


(l.castellanos.r)

Y no tardará tu regreso. Epístola #3

Ya juntos de la mano por un bosque de sirenas y caballitos de mar dibujados en un sueño esta cabeza tenia. Y eran las estrellas marinas hojas en el roble, las perlas gotas de lluvia dispersadas sobre la hierba fosforescente. Ya juntos por fin sobre un corcel con cascabeles en la crin y montura de colibríes, íbamos de rama en rama por aquellos sauces invernales. Ya juntos por fin, tu amor y mi amor como un deliquio hermoso. Un circo con elefantes marrones danzando como monumentos enormes era el oleo que nos invitaba a mirar como único paisaje. Ya juntos por fin, desnudos, sin otra corteza que el viento, la mirada y el celo por algún testigo. Como torrente en cimbre nocturno mi sueño corre, sin detenerse en el palpitar de los sudores que me habitan. Ya juntos por fin en el encantado amanecer, tan escondidos entre nosotros mismos que solo Dios podría encontrarnos. Tanto verso en mi boca llamándote, tanta melodía en tu voz respondiéndome, un teorema tus brazos sobre mi cintura que delante de ti guía los senderos, ya juntos por fin, bañándote tu en la tarde de borrascosas galaxias que contiene la más pequeña rosa, y yo sumiso a tus pies esmaltados, abanicando cien palmeras. Junto a una roca un cuervo de pelaje negro azabache, enmudece ante nuestro paso, una góndola desembarca nubes en la orilla de un arcoíris solitario. Ya juntos por fin remendando los centauros de cera junto a la alcoba con pinceles de alfajor. La cigarra enuncia la llegada con galante prisa de tus primaveras y los ríos desbordados de agitanados granos de café. La estepa desordenada de tanto trigo en tu cabellera, mis manos tijeras sublimes enredadas en ella, tu cuerpo ancho, tus segmentos como ángeles abiertos en paz, mis rodillas sosteniéndote…….y sueño …. Pero a la venida del sol despierto, tan de repente como si un estropicio se abalanzara y me haya con sus tridentes el desolado espacio de arrugadas sabanas y redobladas almohadas. Quiero soñarte siempre, saber que estas ahí, paseando por la alameda de mis antojos, y a mi solo se me antoja tenerte. (l.castellanos.r)

Al claro de la luna que amanece.. Epístola #2.

Buenos días corazón de mi pecho, buenos días suerte de mis ojos. Es la tierra progenitora desafiante de vacios cuando me faltas, pero es también alivio consumado en el riego de mí pensar. Es la tierra húmeda de la mañana, rincón sombrío, en donde nace mi otro yo en rostro y albacea del sentir, como una gota más de rocío. Es la tierra piel y taracea de este mi destierro que la vida me viste como lazo de horca. Y es, ese apartado tiempo que reservaste sin tu compañía para mí. Sitiando el último eslabón de la cadena de los bienaventurados, compongo el flanco derecho en la batalla, ostento la pluma como basilisco para enumerar mis penurias y desbalances. Me desterraste, supliste todo intento de recorrer tus océanos porque concebiste para este mi ser, marejadas inhóspitas bajo el claro de una luna fría y sin luz. Y ahora en cabizbajos telones como tramoya imberbe, deslumbro un escenario escaso y moribundo. He perdido las brújulas, inconsciente de la metafísica realidad degenero en mi duda, toda orientación de las voluntades y ando sin coordenadas, extraviado en los avatares de tu sensual existencia que colma mis deseos de lujuria inocente. Los huesos me hablan en suspiros y cada musculo en labor obnoxia me resguarda de la agitación que me convierte en tu seguidor, en tu vigilante, en tu acosador bohemio y truhán con mis recuerdos y mis suplicas que jamás escucháis. Hay tantos motivos por los cuales necesitarte que enumerarlos seria morir sin confesarlos todos. Pero denunciaré entonces los mas urgentes. Tiene tu brasa, expuesta en caderas, cabellos y voz, todo trenzado y coincidente como encrucijada, la magia sostenida de cien hadas y cien mil noches de husmear en tus cavernas como principiante del sexo. Tiene tu fuego esa codicia inapta que me acorrala contra las cuerdas de lo insaciable. Tiene tu abrazo tantos candados como llaves que me convierten en legendario prisionero. Tiene tu lengua lentos azotes y ritmo incomparable en el beso, tienes tú, eso que nos atrae, la formula con exactitud en la medida que nunca conocí. Vienes durante la noche como travieso fantasma para disparatar en la canillada cama y hacerme arder en un sueño provecto donde solo tú eres existencia y entonces sin alegatos defensivos, despierto al claro de una luna que amanece. Perdóname por no estar aquí, conmigo. (l.castellanos.r.)

Porque siempre de ti soy. Epístola # 1

Os digo en lenguaje silente promulgado desde los podios del recuerdo, que la inocente jaculatoria que se avecina a morir en esta hoja en blanco como tatuaje làbil, es el reclamo que engendra en cada pulso y timbrado mi melancolía, es solo el epinicio de mi pena que en tu ausencia crece y se fortalece. Os digo vencido en amor y en tristeza , que mi alma pesa menos que aquella nube que detrás de un árbol se esconde, así mismo bañada en una fragancia fúnebre, cual elegía incesante, yace está mi suerte, si tú no estás. Ungido en el aceite de tu penitencia, descubro mis tácticas y mis temores. Ocurre que depositadas en poca piedad y mucha sed van estas líneas, en el goce infinito del dolor que las crea, sin otro merito que unas lágrimas golpeando la mejilla, que tanto espera tu cándido beso. Sin merecer la agonía en que naufrago, me dejo llevar por la fatalidad de las horas que me encierran, como ave cautiva sin derecho a la paz que promete una libertad entera y cierta. Soy en cada minuto de esta hora un esclavo, rebelde pero indefenso, que sabe que morirá de ansiedad y anhelos, mas sigue siendo leal. Es el amor cáliz acelerador de contratiempos, cúspide que adorna sus escaños con lanzas y barricadas inconmensurables. Es el amor algo eternamente embriagador y tiene también de tirano indómito que colma los sentidos, es aquella niebla que nubla la inteligencia, detonador de descargas fusileras cuando busca alianza con la soledad y el martirio de la añoranza. Es el amor cruel cuando por ese ser, ese en quien encuentras todo, nacen distancias y despedidas breves como solo una circunstancia temporal e inobjetable. Es el amor descalabro continuo, miserable e ilógico cuando sufres y quieres refugiarte en su seno, y solo es de quebranto la cobija. Pero aun así, me queda como fiel escudero, la esperanza, doncella libre, espada audaz, himno misericordioso que me empuja a la lucha y me grita….jamás te rindas, por que amar tanto como vivir solo ocurre una vez. Ando buscándote entre las amapolas que se orillan como ola inmensa por los bordes del camino. Camino que transito como arriero con su carga, voy y le hablo al viento que tanto conoce en este calvario de tu nombre. Mi mente es aquella casona vieja y grande en medio del bosque, llena de fotos tuyas, es mi mente un revoltijo de imágenes y pretensiones, y somos todos, casa, viento, camino , amapola y arriero, condenados súbditos de la espera. Ya no hay frenesí, ya no hay dicha, pues la estocada que de profunda atraviesa las capas de una piel que te extraña, hace vertir mi sangre, tan fría y pálida como la escarcha que deja chirlos en mi mirada y en mi cuerpo. Ya no hay sonrisas hasta que regreses, han muerto como soldados, no hay sirenas en las fabricas anunciando jornadas de compases y herramientas, no hay colibríes en los jardines de las iglesias, no hay trovadores en los bares, no hay gladiadores en un rin amotinado, no hay trenes enderezando rieles y dibujando valles, no hay sinfonías en los pinos mecidos en la madrugada, nada cuenta con lo bello, ni con la algarabía de la contentura implícita de la felicidad. ¿Pues cual sino otra razón seria?...., que tú seas la esencia de todo en mí y lo que me circunda en ese mundo donde juntos vivimos. ¿Pues cual sino otra razón seria?..., que mi oscuridad prevalece por que la divina luz hace de tu cuerpo lámpara y hace de tus manos rayos tan incandescentes que toda penumbra se desgarra en fragmentos, fulminada por el brillo de tus ojos. ¿Cuál?... Sino por aquella en la que nunca una caricia tuvo tanta ternura y tanta complicidad como ese roce de mis labios en toda colina y curva que te forma. ¿Será tu adiós prematuro, aguijón insólito de sentencias interminables? ò ¿será tan solo una escapada de mis instintos?, ¿será tu partida tan solo una leve aparición de demonios en la pesadilla del reclamo? ò ¿será tu adiós una razón más para convencerte, de todo lo que en verdad te estoy amando?....., por una o por otra aquí estoy, siempre esperándote porque siempre de ti soy. …(l.castellanos.r.)