Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

TESIS.

Segada el alma, trémula y sombría
Así queda la coraza en la plenitud de sus miedos
Desteñida la alfombra en sus remiendos
Se ajusta a la figura que la noche traía.

El portazo en la hora convenida
Anunciaba encierro  de criptas y desmedidas
Aunque tuviera las velas encendidas
Segada el alma y  trémula seguía

Y un beso, a todo sabía
Como a piel suelta, como a deseo preso
Las manos en las manos, torso converso
Sin  sitios, segada el alma, trémula  y vacía.

Sin bostezo,  sin caravanas restringidas
La espalda despacha sudores de lirios
En su cuerpo asoma alabanzas y delirios
Segada el alma, trémula y mecías.

Con los apuntes del suspiro
Con el juego de los océanos en sus alcancías
Diestro esgrime sus colinas, hoyos y silos
Segada el alma y trémula que desquicia

No se calma en la cabalgata
Que pretende en sus cinturas  mellizas
Pues le llena de gramas, lluvias y risas
Aunque tenga el alma, segada, trémula y sombría.


Y ya en el amanecer
Con el sol filoso como cuchilla.
Se queda entre sabanas soñando de placer
Sin su alma la mujer, trémula y sombría.




                                  Chile /2016.




EPÍSTOLA 34 .EL CRISANTEMO.



Volver a empezar.
           
La calesera al camino se precipita como un golpe de sombra en busca  de  la  luz, yo dentro, esclavo de mi, voluntad mía que me llevas. Los tobillos se retuercen en el andar  como eco infinito sin oído, alma que desespera es la ungida revelación de todo lo que me espera.

Ya no me quedan fuerzas, ni pastillas, ni palabras para hallarme, soy más un trompo en estado inmóvil que precisamente ese  riesgo que merezco ser. Soy un registro individual de la antipatía hogareña, de la rutina sonsa, del vacío crudo.

Así tendido en el pasto me pierdo en alucinaciones, veo sobre el asfalto dos interminables líneas amarillas en paralelo, sobre ellas un buzón autómata viaja en bicicleta, en blanca  batalla campal veo un ostión gigante devorando una pantera mientras una paloma roja cursa el horizonte, me zumban los oídos con  campañas publicitarias y créeme las prefiero ante que un maldito  bolero en ese momento.

Si lo sé, es algo inusual y  fuera de lo convencional que me moleste que ría la gente, que vallan de la mano por las aceras resecas por el mediodía, pero es que el desamor no es pasivo, pacifico, ni cuerdo, es una trinchera, es experimento solitario e inicuo que nos vuelve aun más pobres y más desfavorecidos. Por suerte te tengo a ti.

Para colmo no puedo huir, no puedo llegar, no puedo detenerme, no puedo pensar, ni como marioneta sobrevivo a este abismo inconcluso. Soy como arquero en las almenas,  me siento como Cèzanne, pintando manzanas que solo entienden los rayos de la mañana.
Vendrá esa amenaza de misiles y conflictos de cumpleaños y fuegos artificiales a ennegrecer el cielo de una vez,  serán mil volcanes desatados  como puta de barrios bajos, no habrá calma mientras escribo, porque la agonía de saber que  tantas sierras atravesaran mi carne  es un infinito dolor de cabeza. Los mensajeros hablaran de desdichas y los cánticos de suplicas serán un trombón repetitivo y voraz, en medio de este caos no se escuchará mi voz.

El destino ha cerrado las cortinas, ha puesto ladrillos  donde  antes soñaba  ahora me desgarro en un despertar de torturas y desasosiego, El destino es una trayectoria única que  cursa un elemento de este universo, el destino es un bulto de  barajas que al azar compite con darte las mejores manos, es un par de líneas que se cruzan, una coincidencia que provoca variaciones, un tropiezo, un propósito, un instante.

Cualquiera diría que estaba escrito en esas escrituras imaginarias que el hombre se ha inventado para justificar los actos que suceden o surgen  y no hay manera de evitarlos y  aunque parezca cursi todo esto que  digo, ha de saberse que solo me llena saber que estas aquí.

 El crisantemo azul en su fosa terrenal estirará las raíces como gotas  de agua, su  palidez pétala se llenará del abandono, una gaviota simplona  revoloteará cerca de  las barcas mientras se marche y no divisará en su núcleo de flor, la añoranza que regala.

Será.




                                                                                               Chile 2016.