…(..) Símbolos en lo que queda de
mí, tallados en la solapa de la carne, entizados en el vientre de mis días, símbolos en el
ombligo del desierto de los mares como un carnaval de campanas y oberturas tras
el telón.
Los tatúa ese guerrero que compromete mis sentidos y me
deja tendido en las franjas de su cortante espada.
La destreza del esgrimista destaca en las cejas del cielo, su barba es copiosa como el abecedario en sus
metáforas, en una esquina de su cara su mirada es un atropellado deceso sobre
las estillas del vivir, sin ramas en sus manos se amarra la cimitarra con los
cordeles de la unción al pecho de sus recuerdos. El guerrero que se amontona en
la dimensión de una pregunta, se baña con trampas de colinas y besos ensortijados.
…símbolos de cambios, de fraternas complicaciones, insípidos
desenlaces, símbolos de sorpresivas desventuras son jugo del mismo vino futuro…
…(..) Ya he viajado por los bordes del silencio en un carromato de continuidad con la
ansiedad de un lagarto, he sido contrabajo
de las melodías que te desnudan, el ligero diapasón que te encuentra al repetir tu nombre en mis
noches, he sido el decapitado fuego a
las orillas de tus caricias, un toque de pintura en las sabanas en curso, volátil símbolo de cicatriz en el poro más abierto, manzana y mentira, cruz
y oración envueltos en papel de miedo, antifaz de serenidad sobre golpes del
suspiro mas estremecedor.
Los cementerios se llenan por
minuto, los basurales se entierran de igual forma debajo de las capas de la
ciudad, más aros en las orejas, más servilletas desechas junto al mantelillo
barato en los cafés. Pocas manos sobre el piano, poca lluvia sobre el verdor
del campo, los teléfonos palpitan sin cesar, las autopistas se aglomeran de
frenos y neumáticos, un negruzco compás descansa sobre las arenas conocidas, parecen
recetarnos el Apocalipsis de todo y yo solo puedo pensar en ti.
Los caballos del hipódromo vacían las tarranqueras, las fusiones de
leyes y codicias se liberan, el mundo
rota como las llantas de un tren del metro, los espejos se empañan de crisis,
llora el mendigo , canta el obispo, ríe el alpinista y son noticias toda la
algarabía de la gente en los túneles de la Navidad, y yo enciendo velas, abrazo a Borges, me ducho con el sudor de mis
esperanzas y pienso, pienso en ti, como un unicornio salvaje cabalga por sendas
del último capítulo de fantasía.
…símbolos en la cárcel de mis
retinas que no te hallan, que transan con la nostalgia, con las bofetadas de la incertidumbre…
…(..) Merezco una súplica y el
honor de encontrarte, allí donde habitas, allí donde eres, allí donde reina la calma de los abedules, el
rocío cansado del trigo, allí en la estepa junto a la roca rasgada,
merezco retar a los pozos de tus decisiones, merezco un duelo
con tu hambre de ríos sin soluciones, un
disco lanzado con todos mis músculos y que haga record, merezco un símbolo de paz entre nuestras
distancias, entre nuestras brechas de negación y sumergirnos en lo más profundo de nosotros
mismos.
La luna ha desaparecido tras de ti
dejando su reflejo corto sobre los adoquines, se llevó la comparsa de sus
romances, por ella los pinos se
desojan y esas semillas que tienen son como granos de arroz dispersados, este
silencio es una aventura sin fin, un látigo robando dolores por doquier, un
laberinto de símbolos de tu ausencia que
aprendo a devorar.
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