Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

Epístola 17. Símbolos.

                                      



…(..) Símbolos en lo que queda de mí, tallados en la solapa de la carne, entizados  en el vientre de mis días, símbolos en el ombligo del desierto de los mares como un carnaval de campanas y oberturas tras el telón.
 Los tatúa  ese  guerrero que compromete mis sentidos y me deja tendido en las franjas de su cortante espada. 

La destreza del  esgrimista  destaca en las cejas del cielo,  su barba es copiosa como el abecedario en sus metáforas, en una esquina de su cara su mirada es un atropellado deceso sobre las estillas del vivir, sin ramas en sus manos se amarra la cimitarra con los cordeles de la unción al pecho de sus recuerdos. El guerrero que se amontona en la dimensión de una pregunta, se baña con trampas  de colinas y besos ensortijados.

…símbolos de cambios, de  fraternas complicaciones, insípidos desenlaces, símbolos de sorpresivas desventuras son jugo del mismo vino futuro…

…(..) Ya  he viajado por los bordes del silencio  en un carromato de continuidad con la ansiedad de un lagarto, he sido  contrabajo de las melodías que te desnudan, el ligero diapasón  que te encuentra al repetir tu nombre en mis noches, he sido el decapitado fuego  a las orillas de tus caricias, un toque de pintura en las sabanas  en curso, volátil símbolo de cicatriz en  el poro más abierto, manzana y mentira, cruz y oración envueltos en papel de miedo, antifaz de serenidad sobre golpes del suspiro mas estremecedor.

Los cementerios se llenan por minuto, los basurales se entierran de igual forma debajo de las capas de la ciudad, más aros en las orejas, más servilletas desechas junto al mantelillo barato en los cafés. Pocas manos sobre el piano, poca lluvia sobre el verdor del campo, los teléfonos palpitan sin cesar, las autopistas se aglomeran de frenos y neumáticos, un negruzco compás descansa sobre las arenas conocidas, parecen recetarnos el Apocalipsis de todo y yo solo puedo pensar en ti.

Los caballos del hipódromo  vacían las tarranqueras, las fusiones de leyes y  codicias se liberan, el mundo rota como las llantas de un tren del metro, los espejos se empañan de crisis, llora el mendigo , canta el obispo, ríe el alpinista y son noticias toda la algarabía de la gente en los túneles de la Navidad, y yo enciendo velas,  abrazo a Borges, me ducho con el sudor de mis esperanzas y pienso, pienso en ti, como un unicornio salvaje cabalga por sendas del último capítulo de fantasía.

…símbolos en la cárcel de mis retinas que no te hallan, que transan con la nostalgia, con  las bofetadas de la incertidumbre…

…(..) Merezco una súplica y el honor de encontrarte, allí donde habitas, allí donde eres, allí  donde reina la calma de los abedules, el rocío  cansado del trigo,  allí en la estepa junto a la roca rasgada, merezco  retar a  los pozos de tus decisiones, merezco un duelo con tu  hambre de ríos sin soluciones, un disco lanzado con todos mis músculos y que haga record,  merezco un símbolo de paz entre nuestras distancias, entre nuestras brechas de negación y  sumergirnos en lo más profundo de nosotros mismos.

La luna ha desaparecido tras de ti dejando su reflejo corto sobre los adoquines, se llevó la comparsa de sus romances,  por ella los pinos se desojan  y esas semillas que tienen  son como granos de arroz dispersados, este silencio es una aventura sin fin, un látigo robando dolores por doquier, un laberinto de símbolos de tu ausencia  que aprendo a devorar.


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