Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

La pizza napolitunas.(crónica)

Por Leonel Castellanos Rodríguez.


Sería sencillo explicar las razones, sería sencillo decir cual es el fondo
de temas como este, pero repetiríamos la canción una y otra vez y el final
sería un coro que nadie se aprende y sin sentido.

Cuenta la historia que el pan acompaña al hombre desde 800.A.C y el queso mucho antes, la leyenda de la pizza, como producto terminado, data de 1738, en la ciudad de Nápoles, Italia, y desde entonces es un bocado asumible y consumido en todo el mundo, su variedad y sabor la hacen popular y en muchas ocasiones una solución rápida y agraciada.

Pero existen lugares donde la pizza ha sido modificada a tal punto que deja de serlo, pero que con un poco de imaginación se convierte en un bocado extremo.

Recuerdo en un viaje que hice por Cuba a todo lo largo,
en busca de la bendición de la Caridad del Cobre, en una parada momentánea sobre la 10 am en Las Tunas, hacia el interior del país, me llevó a conocer un ritual insólito en la confección de una pizza, los medios rústicos que se emplean en esta ocasión me llamó tanto la atención que juré que revelaría en una oportunidad tal proceder, y aquí está.

El operario maestro de este oficio, demuestra como con una latica de cerveza o refresco, recortadas y provistas de alcohol, igualan la temperatura de un horno napolitano.

El segundo paso es tener de ante mano un pomo plástico con salsa de tomate natural, otro más pequeño por razones obvias, de aceite, y un nylon con sal, unos platos de aluminio y un poco de queso rayado en combinación con el queso fundido o de papa, como también se le conoce.

Como se observa en la gráficas, una buena mesa de elaboración también es importante.


Tres hornillas de luz brillante (a lo cubano) o keroseno, es la base del fuego por donde por unos minutos el producto
pasará, sin el uso del keroseno, debajo de esta hornilla
se pone la latica con alcohol, encima el plato de aluminio con la masa de la sugerente pizza y en lo que la guagua o bus, recoge algunos pasajes y rellena combustible, se les brida a los pasajeros o población local, el deleitable manjar.

Boquiabierto en la espera, vi como salían por delante de mí pizzas y pizzas y pizzas, con un valor de 7 pesos M.N. y como la variedad consistía en cebollas y de ají.

Me tocó el turno, compré una y un vaso de refresco de limón,
la cara del hornero, administrador y dependiente frunció
una leve sonrisa como quien dice ´´habanero lo que te vas a comer´´.

En ese mismo instante llegaron dos funcionarias del MINSAP,
y requirieron al joyero de la harina, por encontrar falta de higiene en su local, y la fregadora que le acompañaba en el recinto alimenticio, tenía puesto el anillo de compromiso en Su mano derecha sin guantes requeridos para esta labor.


Se debatía entonces la imposición de la multa que era de un valor de 1500 pesos MN, mientras a mordidas a la masa entregada y en vigilia del bus, todos los allí presentes éramos público de un cínico y aparatoso circo.

Al final se impuso como siempre la fuerza del poder bruto, y le confirieron al maestro la nota con la sentencia monetaria.


Salimos en defensa del operario, de su minúsculo restaurante, y por supuesto de la pizza, condenamos el papel de las simpatizantes del P.C.C, que solo alegaban que ese era su trabajo, sonó el claxon del bus y al final retornamos en silencio hacia el vehículo, aun con restos de la pizza en la mano y en la boca.

Un silencio enlutado nos recorrió a todos, los ojos puesto en el paisaje que se descubría en el primer movimiento en la continuidad me entristeció.

Hoy, al cabo de un tiempo, una pizzería en la afueras de quito, un colorido cuadro de montañas y sol, me hace recordar aquella epopeya culinaria de la que fui testigo y recordé mi promesa, y solo me queda llevarlas a ustedes.

El gobierno de los hermanos Castros es culpable de casos como este, que motivan al cubano a inventar y crear nuevas formas de esquivar el hambre, el desempleo y la miseria que vive cada día.

Es inaudito ver videos de la casa de Fidel desayunando como el emperador Julio Cesar y luego llamarse un verdadero revolucionario, mientras un pueblo sufre los avatares de un apocalipsis político y económico en todo lo largo de la isla.

Que dios bendiga mi tierra.

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