ANÉCDOTAS CUBANAS DESEMPOLVADAS. (Primera parte) A 20 años de la causa 1 Y 2/89.

ANÉCDOTAS CUBANAS DESEMPOLVADAS.

(Primera parte) A 20 años de la causa 1 y 2/89.

Por Leonel Castellanos Rodríguez.

Capitulo -1.Jose Abrantes en la cárcel de Guanajay.

El reo entra en la barbería, situada a escasos metros de la tintorería y la celda museo de Melba Hernández y Haydee Santamaría, quienes estuvieron en esta cárcel luego de ser sancionadas por su vinculación al movimiento 26 de julio.

Al entrar en el umbral de la puerta, lo espera otro recluso con fama de buen barbero, ambos se miran, y cuando está presto a sentarse en el banquillo, esta vez para una zafra cabellera propinada por el fígaro, saluda con un poco de arrogancia que aun le queda.

Siempre que salía a algún lugar del recinto, ya fuera a la enfermería para su tratamiento de hipertensión arterial, o a una visita de las muchísimas que tenía por parte de la contrainteligencia y los familiares, o a la barbería, José intentaba tomar un poco de aire y así liberar la carga que traía encima; su celda tapiada no le proporcionaba mucho.

__Entre Ministro, adelante __convida el recluso que lo atenderá
__Gracias__

Un instante de silencio es aprovechado para la incorporación de los útiles que ayudaran a la tarea de chapear en la cabeza del verdugo.

-Y bueno………. Cuánto tiempo lleva aquí?---pregunta por pura formalidad Abrantes
-Algún tiempo ya---responde a sonido de tijeras el batiblanco.
-Lo entiendo---
-No, no creo que lo entienda, fue su gente quien me condenó---

Otro silencio se apodera de la sala, acompañado de una leve sonrisa sarcástica en los labios del guardia que custodiaba la puerta.

-Y su familia… ¿Cómo esta?---

El barbero gira su cuerpo en un tono impulsivo, pero nada violento, toma unos diez segundos el mirar constante que arremete contra el rostro del ex ministro, mide sus palabras, y sin prisa descarga el nudo que ya va saliendo de la garganta.

-Ministro, en todos los años-dice- que llevo en esta prisión, jamás usted se preocupó por la familia de ningún reo, ni usted ni Ramiro, ese otro criminal, que nos puso mallas en los salones de visita, nos puso el pabellón cada 6 meses, y las visitas cada 3 meses, jamás se preocuparon por lo que se sufre aquí adentro, así que no creo que sea ahora el momento de hacerlo---.

-Si pero---
-Pero nada, estoy aquí para pelarlo, no crea que lo hago con gusto-

Abrantes baja la cabeza, no solo para dar los cortes traseros, sino por la vergüenza que le hace arder la cara.

Ya se rumoraba que había hablado con Patricio de la Guardia, y tenía esperanzas de que después de algún tiempo las cosas para él y Pascual Martínez mejoraran, pero en ese año 91, se decía por parte de la prensa internacional que su conversación con Patricio también contenía frases como ´´Fidel sabía de esto´´

Y eso no era bueno para él.

El paño se sacude, en el espacio de la habitación sin viento en que están, pocas palabras, mucha reflexión, la despedida es lenta, casi agonizante, es vacía .

-He cometido muchos errores con todos, ---alega--- hasta conmigo, y eso ya no puedo remediarlo---y sale con todo y sombra del lugar.

Un tiempo después de ese mismo año, tras varios días tratándolo con fármacos de distintos tipos por parte de los servicios médicos de la seguridad y los servicios médicos de los departamentos penitenciarios, muere el ex titular del Ministerio del Interior, muchas son las causas: la presión, un infarto, una enfermedad que ya lo poseía, y otras; pero todos saben que fue asesinado.