Por Leonel Castellanos Rodríguez.
Detrás de todos estos años, vivimos añorando algo.
Detrás de toda la distancia, detrás de la separación
Hay una foto de familia, hay una foto de los dos. C. VARELA.
Cayo Hueso.
Vallan la melancolía y los balcones que rompen en la calle
Vallan los collares y el tambor, la misa y pregoneros
A esconderse en la jícara, el tabaco y el girasol
Valla mi poema en fuga sobre cuerdas de guitarra
Casi como viejo escobar, navegante al timón
perforando olas en la tempestad.
No me queda más, que la vaga ilusión de extrañarte
La ceiba, el callejón y la paloma en sacrificio ofrecida
No me queda más que la bruma de no verte y tocar tus muros
De no subir la escaleras de una aurora, vieja e insomne
De no partir el sol en el dominó que en la esquina había
Y visitar entonces el recuerdo.
El Aranjuez de la vorágine en la cintura que en conga viaja
Con la chancleta al paso de batuta en uno, dos, tres.
El trillo que se atraviesa sin faroles
el pintor que en la pared habla y en la mirada esconde
los amantes que mezclan la sangre y la esperanza al paso
cuando en zanja seca intenta el destino agrio morir.
Si los ángeles, san rafael, o san grabiel o cualquier otro
Me dejaran verte en acto de magia eterna
Tal ves el dolor que incendia mi alma fuera llama en vela
Tengo de malecón, de negro y de blanco, de infanta y de subirana
Tengo de azoteas y violines a Ochun, de oros a Changó.
Tengo de ti mucho, tengo en ti nostálgico grito.
Cayo hueso, mío, que me vistes llegar con maletas un día
Y mi hijo en los brazos, y mi mujer, y mis esperanzas
Te debo un regreso, te debo un abrazo y una bendición.
Nov. /2010.
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