Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

La franquicia.


La franquicia.

Por Leonel Castellanos Rodriguez.



Limitado agujero en el techo transporta la luz

Violento desenlace festeja el alba en la semilla de la mañana

Rayos se tejen en armonía perfecta coqueteando con el rocío

y una flor asoma en lo alto de una rivera, como estrella



Un sendero se ocupa de una mula cargada de un maíz tierno

Y las líneas en mis manos hoy se ven más viejas, tengo más canas

Y hasta el espíritu interpreta un concilio

En medio de la franquicia delirante de los copos en arbitraje

Como lucida obra en el escenario recién estrenado.



II



Dios es un efecto del universo, el comerciante de la fe que empotra

Adoquines de cruces en los pechos y las frentes

Dios es el verbo que inocente se tatúa en el sermón de los por que

Cada planta estremece las partículas que viajan en el viento y bebe

Del manantial que nadie ve, y ese es el negocio de dios, yo solo le pido.



III



Me subí a lo alto de mis desesperaciones

Cuando creí que andaba por los campos de la osadía

Me adueñe de los autógrafos, de las migajas de pan,

De los tal vez, de las leyendas, y de las cicatrices que se crucifican

Mientras que dios permite que aun me llame el amanecer y me eche andar por el limitado agujero en el techo que transporta la luz.



VI



Fragmentos de vidrios viene por mis pómulos

Desde la punta de mis ojos, vidrios blancos, vidrios humedecidos

Trozos, moléculas en avalanchas, pedazos de porcelana afligida

Perforando el alma, desatando nudos, y cociendo la cabeza rota

Vidrios que se internan, se masacran, se amontonan, que mueren.





VII



Rasgue tu blusa y no perdí de vista tus senos

Locamente en vicio bebí de paraíso e infierno

No hablaste nada

Fue más fácil el resto que te vestía

Tú que no y yo que si

Tus manos en mi espalda por una guerra por irse

Y las mías en tu vientre en una por quedarse

No hablaste nada

Gladiador entre tus muslos

Trapecistas principiante tu en los míos

Encendidos los fuegos

Y otra ves el silencio

Fueron minutos o partes de una hora

No podía calcular mientras suspirabas

Nunca supe tu nombre

Tampoco el costo de la blusa

Que rasgue en un momento

En que no hablaste nada.

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