Un arco sonámbulo embriaga el desierto intruso de la noche
Como puntapiés de un carrusel en su más insonora travesía
Un enorme manto oscuro se despliega a ciegas por los rincones
con el desatino de innumerables sombras desprendidas
Como puntapiés de un carrusel en su más insonora travesía
Un enorme manto oscuro se despliega a ciegas por los rincones
con el desatino de innumerables sombras desprendidas
Los peces de corales y galaxias devoraron toda nube
en el firmamento, que yace, sin pompas de luciérnagas y sin ríos de luz.
Las candilejas apagadas se amontonan en los vacíos de tu ausencia como quien
recuerda y llora el abrazo y la mirada encendida.
Los transeúntes se resguardan tras paredes en el diván de la compañía
No hay estrellas ni aventuradas melodías
No hay cascadas de pláticas, no hay yo, no hay tú
Se han marchado los gritos junto con todas las golondrinas
Como aquel terciopelo en el horizonte de esplendido azul.
Te extraño Amor, cabalgando ando pensándote tan dentro de ti
Como si caverna fueras, cual único refugio
Te extraño Amor, y perdido tropiezo con lo imaginado y lo vivido
Te busco en cada centímetro de ese bosque que sembraste conmigo
Y son cadenas las horas que a lo lejos te han escondido
Como si la sed no fuera cuchillo que corta y corta con plena lentitud
El palpito agonizante y enloquecido por el frenesí me inquieta
Me cansan los parpados toda imagen y todo libro
Me desangro en el silencio, me escurro en la angustia de timados delirios
Y son reclamos continuos mis suspiros
Como aquel gemido desesperado que pernocta en el auxilio
Solo espero que amanezca, para que mi ejercito de ansias
Te encuentren después del umbral de nuestra puerta
Y ya para entonces vengas como la rosa despierta que secó el rocío
Embellecida de sonrisas a vestirte de caricias
en las franjas y arrugas de las sabanas que solo son hogueras contigo.
y tenerte…..
y tenerte…..
y tenerte, sin límites en el vientre de nuestro nido.
en el firmamento, que yace, sin pompas de luciérnagas y sin ríos de luz.
Las candilejas apagadas se amontonan en los vacíos de tu ausencia como quien
recuerda y llora el abrazo y la mirada encendida.
Los transeúntes se resguardan tras paredes en el diván de la compañía
No hay estrellas ni aventuradas melodías
No hay cascadas de pláticas, no hay yo, no hay tú
Se han marchado los gritos junto con todas las golondrinas
Como aquel terciopelo en el horizonte de esplendido azul.
Te extraño Amor, cabalgando ando pensándote tan dentro de ti
Como si caverna fueras, cual único refugio
Te extraño Amor, y perdido tropiezo con lo imaginado y lo vivido
Te busco en cada centímetro de ese bosque que sembraste conmigo
Y son cadenas las horas que a lo lejos te han escondido
Como si la sed no fuera cuchillo que corta y corta con plena lentitud
El palpito agonizante y enloquecido por el frenesí me inquieta
Me cansan los parpados toda imagen y todo libro
Me desangro en el silencio, me escurro en la angustia de timados delirios
Y son reclamos continuos mis suspiros
Como aquel gemido desesperado que pernocta en el auxilio
Solo espero que amanezca, para que mi ejercito de ansias
Te encuentren después del umbral de nuestra puerta
Y ya para entonces vengas como la rosa despierta que secó el rocío
Embellecida de sonrisas a vestirte de caricias
en las franjas y arrugas de las sabanas que solo son hogueras contigo.
y tenerte, sin límites en el vientre de nuestro nido.
0 comentarios:
Publicar un comentario