Palabras Cubanas

Un Blog de Leonel Castellanos Rodriguez

Es cierto no sabia de ti.

Mujer en el río, Denis Nuñez Rodríguez


Es cierto no sabia de ti.
Por Leonel Castellanos Rodriguez


Yo sabia del sitio de espesa bruma
De esas discusiones entre los perros cuando le ladran a la luna
De los pro y los contra, la negación de las negaciones
De la espera confusa, tardía, del pronostico de la duda
De caminos, y rutas
Que no van, que no vienen como uno figura
Pero no sabia de ti.

Yo sabia que hay trapiches que atrapan el corazón
y lo trituran
De ríos helados en las venas cuando nos abandonan
De las cadenas en el paisaje que el campo desnuda
La pena en sumisa compañía del quebranto
De prisas en los pies, y de ojos por lágrimas asesinados
De los almacenes de inquietudes, la calle, Neruda
Pero no sabia de ti.

Yo sabia de una oficina en el desalojo
De notas ingrávidas en la cena
De pantalones atados y boca en la blusa
De trincheras de pretextos y escusas
desarmados en plena batalla.
De los no y del si y de los si que parecen no
De dar y recibir y hasta de dar sin recibir
Del callar y del decir, del hablar y el oír
Pero por dios te juro que no sabia de ti.

Yo sabia del desvelo junto a la cuna
De la Insensible madera que porta mi experiencia
Y del irrepetible capricho de los andares y las brújulas
De los pozos subterráneos que se amotinan ante la mentira
De la muerte que se esquiva en la locura
Del bullicio de la muchedumbres en la protesta
De la adrenalina que nos impulsa
En esos cometidos en que se nos va la vida
Pero no sabia de ti, no sabia de ti.

Yo sabía de decomisos de la ternura
De los empeños de los kilómetros sin final
La versión de los inviernos a pleno sol
De la abeja en la flor,
Silencios envueltos en vendas dictadoras
El frenesí, la osadía, la inconsciencia y la desventura
Del delirio infraganti sin fortunas, pero no sabia, no sabia de ti.
Yo sabia entre tantas cosas
De historias amenas pero inconclusas
De letargos y ampollas en la búsqueda insólita y difusa
Yo sabia de guitarras desembarcando en la era de los vikingos
Yo sabia de campanarios adornados de rosarios y uniformes
De la inercia incomprendida en la lejanía fusiforme
Del sitio de espesa bruma y de las discusiones
de los perros cuando le ladran a la luna
pero no sabia, es cierto, no sabia de ti.

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