En el Último Descanso.

En el Último Descanso.

Por Leonel Castellanos Rodríguez/ Hablemos Press.

A mi Madre, en donde quiera que este.

Si el sitio que te persigue y encuentra ahora es la luz del último descanso

Déjame enumerar entonces los que te conocieron y enamoraron, antes de irte

Quiero decir tus palabras con la voz que me llena

Sin los miedos que me aprisionan al reconocer que ya no estás, y por ello estoy solo

¡¿Cómo madre?!

¿Cómo puedo sentarme a ver la noche irrumpir con su manto, sin que tu mirada se pose en mí?

Si para darme la vida no escribieron alguna canción, déjame en tu escalada al cielo

Darte estos versos que saben de mi dolor, mi aventura, y mi martirio

Hoy los altos edificios que tanto querías que viera, están ante mis ojos sin tu mano guía

Y no tengo adoquines, sino franjas amarillas y luces que no entiendo

¡¿Cómo madre?!

¿Cómo puedo contener en mí el beso que en tu frente se anidaba?

Ahora recuerdo ese diciembre en que me regalaste un libro de Martí, porque yo quería ser poeta ahora me viene a la mente el consejo, y el abrazo que más de una vez hayamos juntos

Los días de escuela, tu sazón, y tu despedida hacia la otra orilla, que no sé si me olvida o espera Que no se si acuerda de la ilusión y el esfuerzo

¡¿Cómo madre?!

¿Cómo darte mis manos en el minuto que tanto me duele extrañarte?

Aun no cumplo esa vieja promesa, y camino la geografía y más me alejo, que distinto

Si con bulto al hombro fuera de tu brazo con la sonrisa del que sabe que llegará

Ya sabrás que mi hermano dejo su respiro vivo entre las azucenas y el verde de la ceiba

Y papá, bueno él también vive en las estrellas que visten el adiós

¡¿Cómo madre?!

¿Cómo se puede vivir entonces sin las cosas que en verdad te dan vida, y callarlo?

Son interminables los pasos cuando en el pensar te busco, la lágrima me acuchilla

Derramo ansiedades en el vaso de agua que bebo, y lleno el pecho de un aire que no te conoce

Porque arribo de la lucha y me desmonto de los corceles que del mar renacen

Vengo diciendo libertades para que la sonrisa que me regaló tu ausencia

No se codicie entre los que perdidos quedan en la tierra que en palmas vive

¡¿Como madre?!

¡¿Como podre hacerte llegar un te quiero?!

Si por calmar el dolor que en coraza me encierra, si por remendar a cada instante la voluntad reniego el quebranto, si por lucir el contraste de hacer creer que no pasa nada

Me saluda la tristeza y el llanto, déjame madre, ser un rio

Si por emprender el viaje que me lleva al ideal, también me desgarro el alma

Déjame madre, ser ese que tanto esperaste que fuera, y veraz que al encontrarnos

Nuevamente el brillo en tu boca será al decirme… bien hecho hijo.